
He empezado a escribir este artículo más de tres veces, y he borrado cada uno de los encabezados por considerarlos banales. Sí, bueno, hoy no pinté, creo que no tuve ninguna idea para hacerlo. Pasé mucho frío, tanto que lo sentí por dentro y aún cuando ya me encontraba bajo la calefacción seguía temblando. Sin embargo, extrañamente no pensaba en abrazos sino más bien en una manta bien gruesa que me cubriera completa y me abrigara de tal forma que no necesitara nada más.
El día se fue abriendo y me mostró que todo tiene su lado bueno. Un atardecer de color rojo que fusionado con las nubes, las sombras, y el azul intenso de fondo, resaltó unos hermosos tonos rosas y violetas y naranjas que me parecieron realmente espectaculares.
Estos cielos, estos paisajes, esa montaña que adopto como mía y que nevada me ilusiona por estar en donde estoy. Agradeciendo. Siendo feliz. Creciendo en alma y espíritu y dejándome ser libre en medio del caos.
Abrazo cálido que derrita la nieve…
Feliz día para ti.
Mireya